domingo, 28 de junio de 2009
martes, 23 de junio de 2009
"La inconsecuencia del discurso"
La gente dice una cosa, pero con sus actos hace otra, a ese respecto, muchos se hacen llamar cristianos, o en su defecto, admirar el legado que dejó jesús cuando pasó por esta tierra, sin embargo, es bastante funesto su accionar para con sus pares, más aún cuando está la posibilidad de entregar una oportunidad al que ha cometido una falta en el pasado. Dicho de otra manera –y quizá esto sindique a los más adinerados, sobre todo dueños de empresas—“a dios (o Dios) rezando y con el mazo dando”
“La discriminación laboral consiste en
toda distinción, exclusión o preferencia
de trato que, ocurrida con motivo o con
ocasión de una relación de trabajo, se
base en un criterio de raza, color, sexo,
religión, sindicación, opinión política o
cualquier otro que se considere irracional
o injustificado, y que tenga por efecto
alterar o anular la igualdad de trato
en el empleo y la ocupación" (1)
El gobierno de turno siempre se plantea la necesidad de combatir la delincuencia y todo lo que de ella se desprende, ahora bien, no sería una ideal propuesta, atender el problema desde las raíces, vale decir, ver lo que origina esta cuestión. Las propuestas de aumentar los efectivos policiales en las calles, más resguardo, operativos efectivos y certeros, son sólo medidas de apaciguamiento, “un analgésico para un dolor de cabeza interminable”, interminable en vista de las inoperantes medidas que se han tomado para terminar con el problema de raíz. Sin lugar a dudas hay que hacer cambios radicales en la socialización primaria, fomentando políticas públicas que apunten a ese puntal de desarrollo, como mejorar la educación –que es la base de todas las cosas—incentivando la erudición y la intelectualidad inherentemente ligado con lo axiológico, y todo esto a su vez, con un carácter deontológico que conlleve a un desarrollo en la ascensión progresiva de la persona en cuanto a su realización personal.
Lo anterior, ha sido totalmente ignorado por nuestra “tan querida democracia”, a la que le importa el desarrollo en números, el PNB, PIB, el crecimiento macroeconómico, dejando a un lado lo micro, que se transforma en un pequeño gran detalle que ocurre con excesiva frecuencia y que está tomando ribetes inesperados. Hoy por hoy, gestionar un cambio desde las raíces es al parecer difícil –pero para los actuales políticos que más que servir, van a servirse--en relación a la serie de problemáticas que atañen al problema. Lo que se suscita en la actualidad, es el resultado final de un proceso que nunca fue atacado en su gestación, ahora bien, como consecuencia de aquel tenemos por ejemplo la situación de lo vivenciado al interior de la cárcel por la población penal, y sobre hechos consumado como éste (el delinquir y pagar por aquel) el presidio no termina cuando cumplen su condena, sino que cuando salen a la sociedad son EXCLUIDOS Y DISCRIMINADOS, perpetuando así su condena de por vida.
El gobierno se preocupa por combatir la delincuencia, pero no se preocupa por entender sus inicios, y de esta forma erradicar de raíz este problema. La reflexión final sería plantearse, ¿si yo fuese dueño de una empresa, le daría empleo a un expreso?.
Programas de reinserción
Unos de los programas dentro de la cárcel es “Reinserción laboral en el Medio libre”, el cual esta dirigida a aquellas personas sujetas a medidas alternativas o a beneficios intrapenitenciarios de salida controlada al medio libre. Su objetivo es promover la integración de estas personas a la sociedad a través del trabajo. (“Políticas y programas de rehabilitación de reclusos: experiencia comparada y propuesta para Chile”, p. 126) Esto se logra a través de la capacitación laboral en un oficio de acuerdo a las habilidades e intereses de los beneficiarios y concordante con las necesidades de la economía local o regional; de la asesoría y capacitación para el emprendimiento laboral en aquellas personas que trabajan en forma independiente; de la orientación y apoyo para la inserción en un puesto de trabajo y en la adaptación a éste; de la asesoría tanto del trabajador dependiente como del empleador en la resolución de conflictos a nivel laboral, y por ultimo del apoyo en la obtención de hábitos de trabajos y habilidades sociales para adaptarse al mundo laboral.
¿Cuanto tendré que esperar?
La eliminación de los antecedentes, en el caso de Chile, para todas aquellas personas que han sido procesadas y condenadas por crímenes, simples delitos o cuasidelitos, son administrados por el Servicio de Registro Civil e Identificación, donde se archivan los prontuarios penales. Existen tipos de mecanismos para la eliminación de anotaciones penales.
Una de éstas, es a través del DL Nº 409, donde se estipula que después de un periodo de control voluntario, (que pueden ser de 2 años si la persona registra una sola condena y 5 años si hay más de una condena) se pueden borrar condenas previas de los archivos, para que esto se lleve a cabo la persona debe acudir a algún Patronato Local de Reos, o Centro de Reinserción Social (CRS), para la correspondiente firma de un registro.
¿Cómo enfrento a la sociedad?
La persona después de haber estado privada de libertad, sale de la cárcel sin nada que entregar a la sociedad, solo rechazo, vergüenza, angustia, temor, remordimiento, arrepentimiento, sentimientos que dentro del recinto penal ha reflexionado por lo que ha cometido y pagado, con la privación de su libertad.
¿Pero cómo recibe la sociedad al exconvicto? ¿Cómo reacciona al momento de que alguna persona rehabilitada va a pedir trabajo? Esas son preguntas que ellos mismo se hacen al momento de salir, por que saben que le cerrarán la puerta por los antecedentes penales, que la sociedad no le dará la oportunidad para poder reintegrarse al mercado laboral, como también social.
Pero no es suficiente con lo que pagaron dentro de la cárcel, para ser excluido por la sociedad
Dentro de la cárcel los reclusos tienen la oportunidad de replantear su forma de vida, tener momento de introspección y valorarse ellos mismo como persona.
Al interior de los recintos penales existen programas de rehabilitación que tienen como objetivo que los reclusos no vuelvan a delinquir y sean capaces de reinsertarse en la sociedad y al mercado laboral al momento de ser liberados. Estos programas, cuando han sido debidamente diseñados e implementados, pueden proveer estabilidad y orden al interior de las cárceles, disminuir el desocupación de los internos y el estrés asociado a vivir encarcelados, como también mejorar la vida de los ex reclusos y sus familias y ayudarlos a reinsertarse en la sociedad para finalmente, reducir las conductas delictivas de estos.
Todo esto se puede llevar debidamente a cabo, si el presidiario pone de su parte, y así realizar todos los programas de rehabilitación y laborales que existen dentro del penal.
Pero salen de la cárcel y los espera el rechazo de la sociedad, la exclusión laboral.
Muchos de los reclusos salen esperanzados de obtener una nueva vida familiar, social y laboral, pero muchas veces los espera todo lo contrario.
Unas de las consecuencias de aquella exclusión es la reincidencia, donde ellos vuelven a cometer los mismos delitos, donde se vuelve un círculo vicioso, donde la delincuencia nunca terminará, por la falta de oportunidades.
¿Pero como revertir esta situación? Solamente hay una respuesta, reinserción laboral.
martes, 16 de junio de 2009
"La estructura societal", la descripción de la realidad Chilena
La cárcel es un paradero inhóspito al que puede ir a parar cualquiera de nosotros —si es que ya no se ha tenido el gusto de haber estado en sus dependencias en el pasado–producto de infringir de manera voluntaria o involuntaria la normativa legal vigente. En nuestro país (Chile) existe una marcada estratificación de clases, una discriminación que se desprende de la estructura de diseño social, vale decir, una “Discriminación Social”, en especial hacia la clase más carente, esto se explica, por encontrarse en desmejoradas condiciones económicas en relación a la clase dominante o adinerada. En Europa encontramos el fenómeno de la xenofobia, acá en cambio, se da la discriminación de clases; en este lado del mundo, no da lo mismo haber nacido en cualquier lugar, según dónde nazcas será la gama de posibilidades a las que te encuentras sujeto a optar; ahora bien, la clase más pobre, siempre lleva acuestas el estigma por antonomasia de “cleptómana”, y más aún, si alguna persona de aquel estrato social delinque, su condena no termina cuando sale, sino que lo acompaña toda la vida.